Capítulo 8 (Parte 2): Reencuentro (2ª Parte)
En un bar del centro de Madrid, Fer, David, Paula (algo incómoda), Yoli, Isaac, Cabano y Violeta celebraban que por fin había terminado el curso.
-Yoli: ¡por fin! Ya solo nos queda mañana el desafío final… La charla de despedida del director.
Todos soltaron unas carcajadas.
-Isaac: Yo dudo que vaya.
-Paula: Yo tampoco creo que vaya (miró a Isaac).
-Fer: Joder, ¿Nos dejareis solos?
-Paula: Tsss, hipócrita.
-Cabano: Eiiiii, haya paz.
-David: ¿Y por qué no vais a ir mañana?
-Isaac: Es que… tenemos planes con la familia.
-Yoli: Jo… vaya rollo.
-Violeta: Cabano y yo tampoco iremos.
-Yoli: ¿Tampoco? ¿Se puede saber por qué?
Violeta les conto toda la historia.
-Cabano: Y para que no se vaya hemos decidido hacer como Cova y Julio e irnos.
-Yoli: Pues… usad condones, no sea que os pase como ellos.
-Violeta: Eso por supuesto.
Todos rieron.
-Fer: Por cierto, la voy a llamar.
Fer marcó el número de Cova. Después de un rato haciendo la llamada salto el buzón de voz.
-Fer: Vaya, no lo coge. Estará durmiendo.
-Yoli: Bueno, pues un brindis ¿no?
-David: y… ¿Por qué brindamos?
-Yoli: ¡Por nosotros! Que aunque estemos en clases separadas el año que viene, siempre estaremos unidos.
Violeta y Cabano se sonrieron, Fer y David se miraron, Yoli se apoyó sobre el hombro de Isaac y Paula miró a su hermano con cara de enfado.
-Todos: ¡POR NOSOTROS!
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En su casa, Cova se agarraba a la almohada y se tragaba sus lágrimas.
Por otro lado, en casa de Julio, este último no podía dormir. Cada vez que se apoyaba en la almohada, su mente viajaba hasta los momentos más felices que había vivido con Cova.
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PUM!
Un instante después, un disparo seco rompió el silencio de la noche.
El cuerpo de Camilo cayó al suelo.
Ruth cayó de rodillas, y por fin se desahogo del terror que había pasado y comenzó a llorar. Gorka se quedó inmóvil.
Un policía estaba en la entrada de los baños con el arma en alto echando humo.
-Camilo: (Tenía un disparo en el corazón) ¿Co… cómo sabían que estaba aquí?
-Gorka: (Se puso de rodillas junto a su padre) Les avise yo. Esta mañana vi como nos
espiaste a mí y a Ruth a la salida del instituto y planeé todo esto. Sabía que cuando llegases estarías aquí.
-Camilo: Maldito cabrón. A tú pro… propio padre…
-Gorka: (Abrazado a Ruth) No, tu dejaste de ser mi padre hace mucho.
-Camilo: Por lo menos… no volveré a esa mierda de prisión. Hasta siempre.
Esas fueron las últimas palabras de Camilo. Gorka intentó secarse las lágrimas. No quería que lo viesen llorar por ese bastardo que tenía como padre.
De pronto sintió un fuerte dolor en la herida del hombro. Intentó resistirlo, su vista se empezó a nublar, las piernas le fallaban y estaba perdiendo mucha sangre.
Lo último que oyó antes de caer al suelo fue a Ruth chillando su nombre
En otra zona de Madrid, el resto de la pandilla se despedía sin saber que algunas de esas despedidas serían para siempre.
Isaac y Paula estaban llegando a su casa.
-Isaac: Los voy a echar mucho de menos. Cuando me vaya, despídete por mí de ellos.
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A la mañana siguiente, Yoli, Fer, David y Ruth estaban planeando ir a ver a Gorka al hospital esa tarde.
Después del disparo que le dio su padre en el hombro, Gorka perdió el conocimiento. Se lo llevaron al hospital y tras varias horas de riesgo, salió del peligro.
-Yoli: Pues tenemos que avisar a Cova, Julio, Isaac…
Alma que estaba al lado escuchó la conversación. Por una vez en su vida decidió hacer una buena obra.
-Alma: Yoli, por favor ¿Podemos hablar?
-Yoli: Tsss… tendrás morro.
-Alma: Te conviene oírme, es sobre Isaac.
Yoli se acercó a ella. Alma le contó todo sobre la marcha de Isaac.
-Yoli: (Con los ojos húmedos) ¿Pero por qué no se ha querido despedir de mi?
-Alma: Para no hacerte sufrir más…
-Yoli: ¡Pero así, me hace aún más daño!
-Alma: Lo sé, por eso te lo he contado. A pesar de que me joda, él te ama y tú lo amas a él. Ya he hecho mucho daño en vuestras vidas, por esta una vez quiero hacer lo correcto.
Yoli la miró, le sonrió y se abrazaron.
-Yoli: Alma, muchas gracias. En el fondo… muy en el fondo, tienes hasta un corazoncito.
-Alma: Anda, dejémonos de mariconadas (intentó esquivar el momento tierno). Ahora corre, que en media hora sale su avión.
Yoli salió corriendo, pilló el primer taxi que vio y se dirigió hacia el aeropuerto.
Fer y David se acercaron a Alma para preguntarle que había ocurrido.
-Fer: ¿Qué le has hecho ahora?
-Alma: ¿Yo? Nada… ha sido el amor.
Alma se fue tarareando la canción de ‘’titanic’’.
-David: Esta tía esta flipa…
-Fer: No hace falta que lo jures.
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Violeta terminaba de preparar su maleta. En una hora había quedado con Cabano en la estación, pero no encontraba el pasaporte, D.N.I., la cartilla del médico…
Comenzó a buscar por todos lados sin éxito.
Finalmente decidió mirar en el cajón de la mesilla de su madre.
-Violeta: ¡AJÁ! Aquí está.
De pronto vio un gran sobre con el sello del hospital. Lo leyó.
Cuando llegó a la palabra ‘’cáncer’’ sintió un nudo en el estómago.
Ahora comprendía por qué se tenían que ir de la ciudad tan pronto. Se sintió asqueada de sí misma por como trato a su madre.
-Violeta: (Las lágrimas bañaban su rostro) Soy una egoísta…
Fue al baño a limpiarse la cara y al salir, se encontró con su madre en la cocina.
-Sandra (madre de Violeta): Hija, ¿te ocurre algo? Te noto muy mala cara.
-Violeta: (Tenía un nudo en la garganta que le impedía hablar bien) Si… sí, estoy bien. Mamá…
-Sandra ¿si…?
-Violeta: Yo quería… pedirte perdón.
-Sandra: ¿Perdón? ¿Por qué?
-Violeta: Por lo mal que me he portado contigo (Comenzó a llorar) He leído la carta, se que tienes cáncer.
Sandra también comenzó a llorar. Se hizo la fuerte consolando a su hija. Después de una hora de charla, de abrazos y llantos, Sandra dijo:
-Sandra: Violeta cariño, tenemos que irnos.
-Violeta: (Secándose las lágrimas) Está bien, pero déjame despedirme de alguien.
-Sandra: Vale.
Violeta le dio un último beso a su madre. Cuando atravesó la puerta pensó: ‘’Cabano, te echaré mucho de menos, pero… madre solo hay una’’
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Isaac estaba abrazado a su hermana. Ninguno de los dos podía dejar de llorar.
-Paula: Me parece mentira que esta sea la última vez que te vaya a ver.
-Isaac: (Mezcló sus lágrimas con una sonrisa) Joder Paula, que me voy a Barcelona, no a la guerra.
-Paula: Jejeje. Te voy a echar mucho de menos.
-Isaac: ¿Crees que yo no?
De pronto una voz conocida sonó a sus espaldas.
-Yoli: ¿Y a mí? ¿Me vas a echar de menos? (Lloraba sin parar) Isaac… ¿no pensabas despedirte?
-Isaac: (Miró al suelo) Yoli, ¿Qué haces aquí?
-Yoli: Decirte lo que me llevo callando mucho tiempo. No puedo dejar que te vayas sin saber que… TE QUIERO.
Isaac derramó una lágrima. Corrió hacia Yoli, la abrazó y se besaron.
-Isaac: Yo también te amo, más que a nada en el mundo.
-Yoli: Nunca, óyeme bien, NUNCA te olvidaré. Y aunque pase el tiempo, siempre te llevaré en mí corazón.
-Isaac: Yoli, dime que no me vaya. Dime que lo deje todo por ti.
Yoli agachó la mirada y se soltó de Isaac.
-Yoli: No, vete. Pásatelo en grande, y cumple tus sueños, porque es lo más importantes que tenemos… nuestros sueños.
-Isaac: (Lloraba sin parar) Pero… mi sueño eres tú.
-Yoli: Tranquilo, si verdaderamente estamos hechos el uno para el otro, el destino nos volverá a unir algún día. Mientras tanto, ven a visitarme de vez en cuando.
-Isaac: Lo haré. De todas formas, cuando me eches de menos y quieras verme (le cogió la mano y se la puso en el corazón), ponte la mano así. ¿Notas como late tu corazón?
-Yoli: (Una lágrima triste recorría su mejilla) Si.
-Isaac: Pues soy yo, que ha distancia te digo… te quiero…
Yoli volvió a besarlo. Después de un último abrazo, Isaac se montó en el avión.
Yoli, destrozada, se abrazó a Paula.
-Yoli: Lo voy a echar mucho de menos.
Paula la miró.
-Paula: No lo dudo… ¿y ahora? ¿Qué hacemos?
-Yoli: Pues caminar… y ver adonde nos lleva el viento.
Yoli y Paula se fueron de la estación abrazadas, pensando en lo diferentes que serían sus vidas. A una le faltaba su hermano y a la otra… el amor de su vida.
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Violeta llegó a la puerta de Cabano. Llamó al timbre y Cabano salió rápidamente con su maleta.
-Cabano: Joder, que susto. Pensé que no vendrías. ¿Y tu maleta?
-Violeta: Cabano… no voy a ir.
-Cabano: ¿Qué?
Violeta le contó todo lo ocurrido con su madre. Se abrazó a Cabano y comenzó a llorar.
-Cabano: Entonces, ¿Aquí se acabó lo nuestro?
-Violeta: Si… se que te voy a echar de menos y que nunca encontraré un chico como tú, pero… madre solo tengo una y quién sabe si en unos meses puedo quedarme sin ella.
-Cabano: Violeta, gracias por darme el mejor tiempo de mi vida. Y gracias por salvarme aquél día, cuando me estaba sumergiendo en las drogas. Si no es por ti…
-Violeta: Ssshhh… No tienes que agradecer nada. Cabano, te quiero.
Se besaron, un último y triste último beso.
Violeta se marchó sin mirar atrás y Cabano se quedó mirando como caminaba, sabiendo que sería la última vez que la vería.
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Esa misma tarde, todos los chicos y chicas fueron al hospital a darle una sorpresa.
Algunos estaban felices, otros tristes… pero estaban más unidos que nunca.
Fer estaba abrazado a David.
Yoli y Paula charlaban con Cabano.
Gorka y Ruth se besaban.
Todos estaban ocupados intentando pasarlo bien, todos menos Cova y Julio. Cada uno estaba en un lado de la habitación. De vez en cuando las miradas volaban.
Cova no aguantaba más, no soportaba esa situación. Decidió irse a casa.
Se despidió de los chicos.
-David: Cova, es muy tarde y las calles de alrededor del hospital son peligrosas, ¿quieres que te acompañe?
-Cova: No pasa nada. Estaré bien (sonrió).
Se fue pensando en Julio y en cómo podían haber acabado así.
Sin que se diese cuenta unos ojos la observaban en un callejón. Dos tipos con aspecto peligroso se acercaron a ella.
-Tipo 1: Hola guapa, ¿estás solita?
Cova aceleró el paso, no quiso mirar atrás.
-Tipo 2: (Se acercó más a Cova) ¿Quieres venir a jugar con nosotros?
Uno de los tipos se puso a su lado y la agarró por el brazo.
-Tipo 2: No tengas miedo.
Empezó a tocarle un pecho. Cova consiguió darle una patada y salir corriendo, pero el otro tipo la agarró.
-Tipo 1: ¿Te crees muy valiente?
La cogió por el cuello y la estampó contra la pared. Cova le escupió y él le pegó una bofetada.
-Tipo 1: ¡SUJÉTALA! (Dijo al tipo 2).
Mientras uno la agarraba, el otro le tapaba la boca y la magreaba. Le comía el cuello salvajemente, le tocaba los pechos con tal fuerza que se los arañaba. Quería chillar, pero no podía.
Después de unos segundos que parecían horas, consiguió pegarle un bocado al que le tapaba la boca. Comenzó a chillar.
-Tipo 2: ¡Cállate zorra!
Comenzó a pegarle bofetadas y puñetazos. Cova se sentía totalmente fatigada, veía borroso.
-Tipo 1: (Se comenzó a desabrochar el pantalón) Ahora te vas a portar bien… que seguro que esto te gusta, puta.
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Mientras, ajenos a todo, en la habitación del hospital donde Gorka estaba ingresado Fer hablaba con Julio.
-Fer: ¿Cuánto va a durar esto? ¿Cuándo piensas reconocer que la sigues queriendo?
-Julio: Fer… no es fácil. Por un lado me muero de ganas de hacerle saber que me tiene, que cuenta con todo mi amor. Pero por otro lado… tengo mucho miedo.
-Fer: El miedo es un simple sentimiento, un sentimiento que puede hacer que cometamos los errores más grandes de nuestra vida. ¿Vas a dejar que el miedo te domine?
Julio por fin lo tenía claro, tenía que ir a por Cova. Tenía que luchar por ella.
-Julio: Gracias Fer. Voy a por ella ahora mismo.
Julio salió rápidamente de la habitación.
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Cova no sentía apenas su cuerpo. Ahora que tenía la boca descubierta, no era capaz de pronunciar palabra. Todo su cuerpo estaba lleno de moratones y sentía en la boca el sabor dulzón de la sangre.
‘’Que pare ya por favor’’ Pensaba mientras miraba al cielo. Sentía como uno de los tipos estaba sobre ella, sabía que la estaban violando. Pero… no era capaz de sentir nada, estaba paralizada por el miedo.
De pronto, uno de los tipos se quitó de encima de ella alertado por algo.
-Tipo 1: ¡Tío! (Decía a su compañero) Esta tía está sangrando mucho. ¿No será que…?
Cova en su mente pensó: ‘’ Mi bebé, mi bebé…’’. A pesar de que era incapaz de moverse, de que estaba totalmente paralizada, una lágrima recorrió su rostro.
-Tipo 2: Esta cabrona estaba embarazada.
Oyeron de repente una voz cerca. Era Julio.
-Julio: ¡COVA! ¡COVA!
Los tipos se miraron. Salieron a correr.
Cova se quedó allí, con los ojos bien abiertos mirando el cielo estrellado. Hizo acopio de todas sus fuerzas cuando escuchó a Julio, y después de mucho consiguió desgarrar la noche con un grito.
-Cova: ¡AAAAAAH! ¡AYUDA!
Julio oyó la voz de Cova. Se dirigió corriendo hacia donde provenía el grito.
Al llegar, la vio. Tan delicada, tan frágil. Todo su cuerpo estaba rojo, su boca ensangrentada, su ropa rota y… a su alrededor todo manchado de sangre proveniente de la bragueta abierta del pantalón.
Se lanzó a por ella, la cogió en brazos y comenzó a besarla.
-Julio: ¿Qué te han hecho? (Comenzó a llorar) ¿Quién ha sido capaz de hacer esto?
-Cova: Julio… Mi bebé, nuestro bebé…
De pronto su mano se aflojó y se soltó de Julio. Sus ojos se cerraron.
-Julio: ¿Cova? ¡Cova! ¡COVAAA…!
Comenzó a correr hacia el hospital llevando a Cova en brazos.
-Julio: Por favor, aguanta cariño, ¡AGUANTA!
CONTINUARÁ…
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